Si respetamos el entorno hasta hacerlo sagrado, si rescatamos la dignidad de un proceso de parto, si devolvemos a la palabra su poder y al arte su valor de conocimiento, entonces, el camino que tiene conciencia se abre ante nosotros y solo queda recorrerlo con la actitud poética que nos despierta a la esencia de las cosas y de nuestro espíritu. Porque de dar vida-crear y de como hacerlo y como estar en la vida depende que siga latiendo el corazón del cielo en la potencial semilla de alma mágica y creadora que somos todos.