Es un proyecto de construcción poética a partir de las entrevistas realizadas a mujeres mayas de la región.Las abuelitas que me enseñaron a escuchar las cosas existir con nosotros, entendí que en la tradición indígena mexicana las mujeres bordan para proteger, para conservar la cultura y las tradiciones, es la visión cosmogónica de un pueblo, sus mitos, los arquetipos colectivos que lo construyen como grupo, que les dan identidad y razón de ser. Seguir vistiendo en Quintana Roo a la manera "mestiza" es una reivindicación muy importante en un mundo tan globalizado que pone permanentemente en peligro perpetuar los legados culturales de un pueblo y su sabiduría ancestral. Los vestidos son una segunda piel, siempre viví este proyecto habitando un espacio poético, en el que el huipil era un poema.
Ponerse el huipil es ubicarse en el centro. El proyecto dio: poemas bordados para vestirse, poemas de boca de las abuelitas y objetos cerámicos que eran metáfora de su existencia…fue la primera parada. Y se abrieron infinitos caminos, se desencadenó un proceso creativo que vive en mi y del que surgió a borbotones: